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Pleno viaje hacia el puerto, con le falsa idea de que así nos calmaremos pusieron música, pasa que no es muy bueno el equipo de audio del micro y esta saliendo un sonido espantoso que no clasifica como música.
10:20
En el puerto estuvimos haciendo algunos trabajos en el puerto, divididos en 2 grupos. Unos se fueron para la lobería y otro para el lado de los pescadores. A mí me tocó lo de los lobos primero. Cuando uno baja del micro, puede reconocer un asqueroso olor que permite respirar con dificultad, pero eso ni se compara al olor de la lobería! Un nauseabundo olor que induce a las arcadas, que hace de la respiración el proceso más desagradable del mundo. Esto es, según entendí, por que lo lobos no hacen sus necesidades en el agua, porque allí es donde comen, entonces todos los “restos fósiles” como diría Ricardo van a parar a los terrenos de la lobería lo que causa esa agradabilísima fragancia… Después de un rato el olor va bajando su intensidad, para mí que es porque las células de la nariz se van muriendo, entonces por ende, sentís menos.
Con admirable resistencia al aroma Patricia, (creo q Gisella también estaba) nos empezó a explicar cosas sobre los lobos, dando lo sensación de estar oliendo Chanel Nº 5 y no lo que estábamos en verdad oliendo. Bueno, de todos modos, dio unos datos muy interesantes acerca de esos lobos como las diferencias entre focas y lobos, como que unos tiene orejas y los otros no, unos tienen la cadera articulada otros fusionada con los huesos de las patas creo, y unos tenían uñas en las patas de atrás y otros en las de adelante, ahora bien, no me acuerdo cual es cual. Después nos contaron que los lobos marinos que vemos en mar del plata son todos machos, que a las hembras no les gusta este clima, y que también son los perdedores, o sea, que son los que no pudieron conseguir un haren, creo q era, para reproducirse entonces iban subiendo y subiendo y los iban sacando a patadas de todos lados hasta que llegaban a mardel y aquí se quedaban. Aunque también nos dijo que había lobos muy jóvenes que todavía no tenían experiencia en combate, entonces venían acá hasta que crecían o también hay lobos viejos que ya no les da el lomo para ir peleando por ahí ahora que no gozan de plena juventud, entonces vienen acá a descansar en su pacífico retiro…
El trabajo que hicimos consistía en observar a los lobos marinos, en un papel teníamos que anotar que estaban haciendo 4 lobos marinos que elijamos, eso era llamado fotografía porque teníamos que poner que estaban haciendo justo en ese instante cada 1 minuto 5 veces, como Patricia literalmente dijo “si el lobo está bailando la polka entre minuto y minuto no me importa, anotó lo que está haciendo en ese momento nada más”.
Después hicimos otro de filmación en el que había que anotar todas las cosas que hacía un solo lobo que teníamos que elegir, cuando lo empezaba a hacer y cuando lo terminaba. Se notaba que eran los perdedores o los retirados, porque nuestro lobo se estuvo, literalmente, rascando los 5 minutos de filmación, así que inventamos un “está alerta”, “camina”, para no poner lo que hacía el vago en realidad. Pero, bueno, en fin, obviando el olor a cadáver en descomposición (porque había también un lobo muerto), estuvo muy bueno, me aparece que todos aprendimos un montón.
A continuación fuimos a hacerle una encuesta a un pescador. Oh! Respirar! Que agradable sensación! Comparado con la lobería el puerto huele a rosas. Se llamaba Vicente y hace 40 años que pescaba. No solo los pescaba sino que también se los comía aparentemente, pues tenía una prominente zapan. Era muy simpático, contestó todas nuestras preguntas y nos contó un montón de cosas muy interesantes.
Ahora nos dirigimos al micro, para ir al hotel a almorzar, mmm… lo que será el almuerzo. Muchos compraron cosas en el puerto para no hacer la clásica de los alfajores Havana había unas cosas muy lindas, yo me quedo con la clásica, es más fácil, sino tenés que ir eligiendo, un lío, 12 alfajores surtidos, ya está.